Lo que comenzó como una pesadilla, fue una gran prueba de carácter para San Martín. Con el público en contra y obligado a una remontada, los dirigidos por Pablo Frontini mostraron las dos caras de la moneda a lo largo de un juego trabado. Pero el “santo” supo sobreponerse y así mantiene viva la ilusión de lograr el primer ascenso.
Durante el primer tiempo, San Martín parecía no hacer pie frente a la constante presión y al juego vertical que proponía el local. La inexperiencia de Guillermo Rodríguez, en conjunto con la descoordinación de la zaga conformada por Franco Meritello y Nahuel Brunet, provocó que el local consiguiera el primer tanto.
A pesar de los intentos de dar pases filtrados por parte de Leonel Bucca, el mediocampo de San Martín estaba desordenado; por lo que no podía contrarrestar los embates “rojinegros”. Así, el triángulo conformado por los centrales y Gustavo Abregú era una pista libre para que Mateo Levato e Ignacio Russo conectaran jugadas que terminaron en las manos de Darío Sand.
La expulsión de Brunet (vio la roja junto a Levato) pareció despertar al “santo”. Abregú se ubicó como zaguero izquierdo y Agustín Prokop se transformó en eje central. Ahí, mejoró San Martín; aunque Mauro Verón nunca estuvo cómodo en el partido, quedó lejos del arco rival y fue neutralizado por Matías Ruiz Díaz.
Sin embargo, la pincelada de Bucca, en la última jugada de la primera mitad, acomodó todo en Paraná. “Lilo” encontró a Mateo Acosta sin marcas y el delantero definió de manera excelsa ante la salida de Julio Salvá. Gol, 1-1.
Ese tanto fue todo para San Martín, que salió al segundo tiempo mucho mejor parado.
El ingreso de Brian Andrada fue clave porque le permitió aprovechar mejor los espacios que su rival dejaba atrás, desesperado por aprovechar la última chance por meterse en la conversación por el Reducido.
Fue clave lo que el “santo” hizo por la banda izquierda, sitio por el que supo aprovechar cada uno de los ataques y que le permitió inclinar la balanza.
Así llegó el 2-1. Salvá logró impedir el festejo de Nahuel Banegas, pero Bucca tomó el rebote y la mandó a guardar.
Con el resultado a su favor, San Martín aprovechó el adelantamiento de la defensa de Patronato y comenzó a desarrollar contragolpes que indicaban que de un momento a otro iba a sentenciar el resultado y la victoria.
Los ingresos de Leonel Pierce y Gervasio Nuñez le dieron al “santo” una buena superioridad numérica en la zona medular y logró desarticular el tándem Jorge Valdez Chamorro-Nicolás Domingo, encargados de la generación de juego local.
Banegas tomó la lanza y armó una jugada perfecta. Llevó la pelota de pie a pie y de derecha marcó el tanto que sentenció la lucha; su cuarto gol en el torneo, que lo dejó como el segundo goleador del “santo”.
San Martín dio una muestra de carácter enorme, en el momento preciso. Torció una historia que pintaba complicada y ganó la “primera final” ante un rival áspero que en su casa parecía un hueso duro de roer.
Frontini deberá ajustar detalles, pero el triunfo es clave y la ilusión está más firme que nunca.